Dos de los discos lanzados por Madonna en la pásada década, "Music" (2000) y "Confessions On A Dance Floor" (2005) ocupan los puestos #31 y #38, respectivamente, en la lista de los 100 mejores álbumes de la década según el magazine Slant.
Music - Aunque Madonna colaborara con William Orbit en 3 temas de lo que fué la continuación de Ray Of Light, el álbum representa una ruptura con la acogedora espiritualidad de su predecesor (el Libro de las Revelaciones para muchos fans, una anatema para otros). La producción artificial, Eurotrashy, y desafiantemente experimental de Mirwais - llena de Auto-Tune y sonidos "Nintendo" - puede que decepcionara a algunos, pero nadie crea sucedáneos como Madonna, y apropiadamente, éste es uno de sus trabajos con más alma, desde la feminista "What It Feels Like For A Girl," a la alusiva a Toni Morrison "Paradise (Not For Me), a "Nobody's Perfect," que cuanto menos es enternecedora.
Confessions On a Dance Floor - Este álbum podría haberse llamado "el fantasma del pasado de Madonna": un triunfal tributo al poder restaurador de la música dance (este sería el álbum para ejercitarse de la década, si tuviese que haber uno) y un tratado sobre la fama de la propia cantante ("Me pasé toda mi vida queriendo que se hablara de mí"), en el cual todos sus tics musicales se ponen en primera fila (¿cantar en otras lenguas? sí. ¿himno semitribal? sí.). Referencias al pasado están por todas partes, desde el sampler de ABBA en "Hung Up" a su tonta carta de amor a la ciudad que la vió empezar, "I Love New York," pero Madonna siempre ha sido una artista pop postmoderna, y como tal, canciones como "Hung Up," Sorry," y "Forbidden Love" no son tanto mirar al pasado sino más bien actualizaciones del sonido disco al cual se debe.
slantmagazine.com
Music - Aunque Madonna colaborara con William Orbit en 3 temas de lo que fué la continuación de Ray Of Light, el álbum representa una ruptura con la acogedora espiritualidad de su predecesor (el Libro de las Revelaciones para muchos fans, una anatema para otros). La producción artificial, Eurotrashy, y desafiantemente experimental de Mirwais - llena de Auto-Tune y sonidos "Nintendo" - puede que decepcionara a algunos, pero nadie crea sucedáneos como Madonna, y apropiadamente, éste es uno de sus trabajos con más alma, desde la feminista "What It Feels Like For A Girl," a la alusiva a Toni Morrison "Paradise (Not For Me), a "Nobody's Perfect," que cuanto menos es enternecedora.
Confessions On a Dance Floor - Este álbum podría haberse llamado "el fantasma del pasado de Madonna": un triunfal tributo al poder restaurador de la música dance (este sería el álbum para ejercitarse de la década, si tuviese que haber uno) y un tratado sobre la fama de la propia cantante ("Me pasé toda mi vida queriendo que se hablara de mí"), en el cual todos sus tics musicales se ponen en primera fila (¿cantar en otras lenguas? sí. ¿himno semitribal? sí.). Referencias al pasado están por todas partes, desde el sampler de ABBA en "Hung Up" a su tonta carta de amor a la ciudad que la vió empezar, "I Love New York," pero Madonna siempre ha sido una artista pop postmoderna, y como tal, canciones como "Hung Up," Sorry," y "Forbidden Love" no son tanto mirar al pasado sino más bien actualizaciones del sonido disco al cual se debe.
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